jueves, 16 de julio de 2009

“La guerra del fútbol” autor Ryszard Kapuscinski


“Lo más importante en nuestra profesión es recordar todos los días que todo nuestro trabajo depende de otros. Es paradójico porque el reportero es solitario -se mueve entre desconocidos - pero los demás deciden sobre el éxito de lo que hacemos. Estamos con alguien 15 minutos y nunca lo volvemos a ver. El primer contacto decide todo. Hay que tener una profunda sincera humildad, porque la gente siente cualquier gesto de arrogancia” Kapuscinski

Kapuscinski, fue corresponsal de la agencia de prensa de Polonia en los 60 y los 70 este periodista polaco, tituló así un reportaje sobre el hecho y un libro que reúne despachos de guerras.

Desde mucho antes de la década de 1960, El Salvador, el país más pequeño del istmo, con una gran densidad demográfica (3 millones 300 mil habitantes en ese tiempo), enfrentaba el histórico problema de la tierra y la industria no podía absorber la población desempleada. .................. Fenomeno que a mi punto de vista aun se da lo unico es que despues todos se fueron a los Estados Unidos y no a Honduras..................

Honduras por su parte –con 112 mil 88 kilómetros cuadrados y apenas 2 millones de habitantes para ese entonces– se antojaba como un paraíso laboral, por lo cual miles de salvadoreños cruzaron la frontera.

El libro toma el título de la guerra de las cien horas entre El Salvador y Honduras cuya chispa detonante fue un partido de fútbol, y es un continuo recordatorio de lo absurdo de las guerras, de la intensidad de la violencia, de los perdedores.
Cuenta también lo que significa ser reportero de prensa y lo que significa ser auténtico viajero, sus riesgos, las dudas de quien pone en riesgo su vida y se convierte, allá y aquí en casa, en un eterno extranjero.

Kapuscinski falleció en enero del 2007 en Varsovia a los 75 años siendo considerado uno de los grandes maestros del periodismo moderno y el autor polaco más traducido y publicado en el extranjero. Elegido en 1999 mejor periodista polaco del siglo XX y distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2003 tiene una veintena de libros publicados.

La Guerra de Las Cien Horas Part II.............

La Guerra de Las Cien Horas comenzó el 14 de Julio de 1969 cuando de repente, a las 6 de la tarde, el país entero cayó en oscuras.

Nadie sabía que pasaba pues la energía eléctrica fue cortada. A medianoche, por medio de radios portátiles de onda corta, se agarró una estación tica y se supo que la “valiente” aviación salvadoreña había hecho un ataque sorpresa "tipo israelí" contra la poderosa aviación hondureña y había destruido la mitad de esta...

¡Todo de repente me encontraba en medio de una guerra!. Nadie durmió esa noche, se decía que la "mitad de la poderosa aviación hondureña" venía a bombardear la capital y el aeropuerto. Para colmo, el "Excelentísimo Señor Presidente de la República General Fidel Sánchez Hernández", un individuo de extremada corta estatura para ser militar, era además calvo y "cholito", a quién la masa del pueblo llamaba despectivamente "tapón", habló por la radio, a las dos de la madrugada, la electricidad regresó por quizás 20 minutos para el mensaje, después de la paja patriotera advirtió a la gente que vivía en la ciudad de Ilopango, y las colonias aledañas al aeropuerto, no salieran de sus casas y durmieran debajo de las camas.

Pero en 1969 solo la colonia Santa Lucía y la ciudad de Ilopango estaban construidos próximo al único aeropuerto del país: El Aeropuerto de Ilopango, que a su vez era la base militar de la aviación. Los vecinos de toda la colonia nos encontrábamos esa noche en angustia esperando el bombardeo.

Al amanecer, dos aviones hondureños arrojaron dos bombas cada uno y se elevaron. Los bombazos seguidos por el estruendo de las antiaéreas nos despertó a los dormidos y salí a curiosear con mi padre. Las baterías antiaéreas no cesaban de disparar lo que me pareció bolas de fuego que subían altísimo hurgando el cielo; allá, más alto aún, logré ver dos pequeños aviones que volaban en círculos. Sólo habían arrojado una o dos "bombitas", pero al estruendo de la antiaéreas se elevaron, nunca más bajaron y al poco rato desaparecieron... ¡y nunca más volvieron!...

Los aviones de los dos países eran viejos "Mustangs" y "Corsarios", desperdicios de la Segunda Guerra Mundial, ambos ejércitos estaban mal entrenados y aún usaban armas de la Primera Guerra Mundial, algunos calladitos decían que sólo era una guerra de pigmeos.

Pasamos dos días sin poder salir a las calles, al tercer día los vecinos se juntaron en grupos de padres de familia del pasaje y se tuvieron que aventurar a salir porque se acabó la comida. Las pocas emisoras AM de la nación estaban en "la gran cadena nacional" con Radio Nacional todo el santo día dando "comunicados de guerra", elevando y dándole paja a la "gloriosa Fuerza Armada" y echando veneno contra López Arellano y los hondureños, la Tv también estaba en "Cadena Nacional". Para variar, también "HRN", o la Radio Nacional Hondureña, se oía en la capital, dándonos cuenta que desparramaban el mismo veneno que la radio salvadoreña.

Tapón orgullosamente anunció la caída de la Cabecera Departamental catracha de Nueva Ocotepeque en el frente occidental.

El Frente Occidental estaba al mando del "héroe, General Medrano", a quien se le conocía cómo "el Loco”, o “Chele Medrano", Director de la "benemérita" Guardia Nacional y alegado agente de la CIA para Centroamérica. Pero lo que sólo los hondureños recuerdan, pues a nosotros se nos ocultó, son los robos de bancos, ganado, y sanguinarias masacres de campesinos hondureños que este individuo hizo.

Por fin, la guerra fue parada por los gringos el sexto día, con El Salvador habiendo conquistado y luego devuelto pequeños pueblos y caseríos a Honduras ¡y nunca se supo fijamente cuantos murieron!... sólo se decía "de miles de muertos entre los dos bandos"... La propaganda proclamó victoria y la bienvenida de regreso de la "heroica Fuerza Armada" fue apoteósica. Yo mismo estuve presente bajo el sol y 34 grados de calor viendo desfilar "al victorioso ejercito" en la Calle Rubén Darío y en el Flor Blanca, ¡en el que no cabía ni una mosca!... ¡Y el día fue decretado feriado nacional con asueto!

¡...Por los mismos días que se firmaba el "armisticio de paz" de la guerra anticuada, Neil Armstrong se convertía en el primer hombre en poner un pie en la Luna...!

Copy Paste..................del Blog de Tamen