martes, 1 de julio de 2008

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Dolorosas historias familiares como la de un niño de 18 meses que su padre dejó con

un vecino que no conocía, porque agentes de migración lo arrestaron en su casa de Annapolis, Maryland, fueron algunos casos narrados durante una protesta el martes frente a las oficinas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Baltimore.

El lunes 75 agentes federales de ICE y 50 agentes de la policía del condado de Anne Arundel en Annapolis, la capital estatal de Maryland realizaron una redada en las instalaciones de un contratista de pintura, que condujo al arresto de 36 hombres y 10 mujeres.

“Cómo es posible que personas qu están trabajando y que solamente quieren contribuir al bienestar de sus familias que dejaron atrás en sus países de origen y que además contribuyen al desarrollo económico de Estados Unidos sean tratados como criminales. Esto no es más que un acto de terrorismo”, enfatizó el sacerdote Juan Lavin de la Iglesia Católica Santa María de Annapolis.

Según datos de Casa de Maryland —que junto con líderes religiosos y comunitarios, organizaciones de derechos civiles organizaron la protesta— entrevista con familiares de los arrestados revelaron que padres de familia fueron arrestados enfrente de sus hijos y que trabajadores con sus respectivos permisos de trabajo fueron detenidos también.

“Hacemos un llamado al ejecutivo del condado de Anne Arundel, John Leopold, para que deje de dividir a las familias”, apuntó la activista Jessica Alvarez.

A protesta se hicieron presentes algunos integrantes de la organización Minutemen quienes trataron de influir entres los manifestantes, pero sus palabras fueron ahogadas por los gritos de los manifestantes, y finalmente desistieron y se retiraron con todo y sus camisas con mensajes antiinmigrantes impresos

A la condena de las redadas se unió el abogado Jonathan S. Greene en representación de la Asociación de Abogados de Inmigración de Estados Unidos, capítulo de Washington, D.C.

“Los arrestos que se hicieron ayer [lunes 30 de junio] son una prueba de que nuestro sistema de inmigración está roto y desesperadamente necesita una reforma comprensiva”, enfatizó Greene.

Señaló que desde Microsoft hasta los negocios familiares de mamá y papá, empleados y empleadores juntos están diciéndole al Congreso que tiene que actuar ahora mismo y proveer de visas adecuadas, para que Estados Unidos llene sus necesidades de mano de obra calificada.

Criticó que pocos legisladores del Congreso han dado muestras de liderazgo en el tema y que los negocios de este país están deseperados buscando contratar buenos trabajadores y sin un sistema de inmigración que funcione.

“Las redadas de ayer [lunes] y las rededas de mañana son el resultado inevitable”, apuntó

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